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El Congreso de Diputados, Madrid

El Congreso de Diputados, Madrid Publicado el 28 de mayo de 2004

En el periodo comprendido entre 1805 y 1850 se produjeron importantes episodios de destrucción en el tejido urbano madrileño, motivados fundamentalmente por la Guerra de la Independencia (1808-1814) y la Desamortización de Mendizábal (1836).
Desde el punto de vista de las instituciones, destaca la creación en 1819 del Museo Real de Pintura y Escultura -hoy del Prado- por Fernando VII a iniciativa de su esposa, María Isabel de Braganza. Se instalará en el viejo caserón que Juan de Villanueva empezó a construir en 1785 con destino a Gabinete de Historia Natural, y que por entonces se encontraba inacabado.
En cuanto a las instituciones políticas, la consolidación definitiva del régimen liberal tras la muerte de Fernando VII (1833), y la promulgación del Estatuto Real (1834) van a posibilitar la aparición de nuevas instituciones afines al nuevo sistema político. Así, vinculados al poder legislativo aparecen las sedes del Senado y del Congreso de los Diputados. El primero, se situará sobre el que había sido colegio de agustinos de Doña María de Aragón, un edificio que ya tenía experiencia parlamentaria puesto que en 1814 y entre 1820 y 1823 había sido utilizado como Salón de Cortes. En cuanto al Congreso de los Diputados, se ubicará en un principio sobre el convento del Espíritu Santo en la Carrera de San Jerónimo. Demolido en 1842, sobre su solar se construirá entre 1843 y 1850 la actual sede del Congreso, obra del arquitecto Pascual y Colomer.
También es importante la inauguración de la primera universidad que tuvo Madrid, la entonces llamada Universidad Central, aunque en realidad se trató del traslado a la capital de la antigua Universidad Complutense desde su emplazamiento original en Alcalá de Henares. Situada en un principio en el Seminario de Nobles y más tarde en el convento de las Salesas Nuevas, en 1843 se instalará en la calle San Bernardo, sobre el antiguo Noviciado de Jesuitas.
En cuanto a las instalaciones, destaca la creación de los primeros cementerios fuera de la ciudad. Los dos primeros se construyeron durante el reinado de José Bonaparte, el Cementerio General de Norte (1809) y el General del Sur (1810). Seguidamente y a lo largo de la primera mitad del siglo XIX diversas archicofradías y sacramentales empezaron a construir sus propios cementerios para enterrar a sus afiliados.
Por último, debemos hacer referencia a los edificios y monumentos más emblemáticos que se construyen durante el periodo. Empezando por los monumentos, destaca sobre todo la construcción de la Puerta de Toledo, última puerta que se construyó en Madrid (1817-1827), así como los obeliscos del 2 de mayo, inaugurado en 1840, y situado en la plaza de la Lealtad, y el de la Castellana (1833-1835) en la actual plaza de Emilio Castelar.
En cuanto a los edificios, destacan sobre todo el Teatro Real (1818-1850), los palacios de Teba (1811), y Fernán Núñez (1847), las llamadas Casas de Cordero construidas entre 1842 y 1845 en la calle Mayor sobre el solar del antiguo convento de San Felipe el Real, así como el edificio de la Facultad de Medicina, obra del arquitecto Isidro González Velázquez e inaugurado en 1840.

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